Camino de la Encina.
Caminé entre viñedos buscando el espíritu del valle, una milenaria encina que dicen te obsequia con el don de la juventud.
Por el camino, encontré a grandes compañeros y fuimos seleccionando las mejores uvas, como marca el ritual. Juntos superamos los retos que surgieron en esta repentina aventura, y aunque no encontramos la milenaria encina, el camino nos sirvió para romper nuestros bloqueos, abrir la mente y crecer como individuos, pero sobre todo como colectivo.
Al volver, con el espíritu renovado, ofrecimos nuestra cosecha al pueblo, quien elaboró uno de los mejores vinos que nos ha dado la tierra.
Disfruta del camino.
Camino de la Encina.
Fotos: Flor Corona